Ibn Hazm sobre el Conocimiento
( parte 1)
1. Si el conocimiento no tuviera ningún otro mérito que hacer que el ignorante te tema y te respete, y los eruditos te amen y te honren, sería suficiente razón para buscarlo. ¡Sin mencionar todos sus otros méritos en este mundo y el siguiente!
2. Si la ignorancia no tuviera ninguna otra falta que hacer el hombre ignorante celoso de hombres versados y radiante de alegría de ver más personas como él, este por sí mismo sería razón bastante para obligarnos a rehuirlo. ¡Sin mencionar los otros resultados malos de ese mal en este mundo y el siguiente!
3. Si el conocimiento y la acción de dedicarse uno mismo a ello no tuvieran ningún objetivo excepto liberar al hombre que lo busca de las agotadoras ansiedades y las muchas preocupaciones que afligen la mente, eso solo sería ciertamente bastante para conducirnos a buscar el conocimiento. Pero qué deberíamos decir de los otros beneficios demasiado numerosos para mencionar, el menor de los cuales es el arriba mencionado, y todos de los cuales se acumulan al hombre ilustrado. En busca de beneficios tan pequeños como éstos reyes mezquinos que se han desgastado a sí mismos en buscar la distracción de sus ansiedades en juegos de ajedrez, jugar a los dados, vino, canción, expediciones de caza y otros pasatiempos que traen solamente el daño en este mundo y el siguiente y absolutamente ningún beneficio.
4. Si el erudito que ha gastado largas pacíficas horas[en sus estudios) se para a pensar cómo su conocimiento lo ha protegido contra la humillación en las manos del ignorante, y contra la ansiedad sobre verdades desconocidas, y qué alegría esto le ha traído permitiéndole solucionar problemas qué otros hubieran encontrado imposibles, él aumentaría seguramente sus expresiones de gratitud a Allah y se alegraría más en el conocimiento que él tiene y desearía hasta añadirle más (al que ya tiene).
5. Cualquiera que se dedica a pasar su tiempo estudiando algo inferior, abandonando estudios más superiores de los cuales él es capaz, se parece a alguien que siembra el maíz en un campo capaz de hacer crecer trigo, o quién planta arbustos en un suelo que podría mantener palmeras y aceitunas.
6. Extender el conocimiento entre aquellos incapaces de entenderlo sería tan dañino como dar a miel y preparados azucarados a alguien con una fiebre, o dar a almizcle y ámbar a alguien con una migraña causada por un exceso de bilis.
7. Un hombre que es avaro con su conocimiento es peor que un hombre que es un avaro con su dinero, ya que el avaro del dinero tiene miedo de consumir lo que él posee pero el avaro de conocimiento es egoísta con algo que no se agota y no se pierde cuando es regalado.
8. Cualquiera que tiene una inclinación natural hacia una rama de conocimiento, aún si ésta es inferior a otras ramas, no debería abandonarla, o él se parecería a alguien que planta cocos en al-Andalus u olivos en la India donde ninguno produciría frutos.
9. Las ramas más nobles del conocimiento son aquellas que te traen cerca del Creador y te ayudan a complacerle.
10. Cuando te comparas con otros en cuanto a riqueza, posición, y salud, deberías mirar a la gente menos favorecida que tú. Cuando te comparas con otros en cuanto a religión, conocimiento y virtud, mira a la gente que es mejor que tú.
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Referencias: Ibn Hazm sobre el Conocimiento
Autor: Ibn Hazm al-Andalusi
Fuente: Al-Akhlaq was-Siyar
Traducido al Inglés por M Abu Laylah
Traducido al Castellano por Ummu Abderahman Yasmina al Andalussia
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