Ibn al-Qayim (رحمه الله ) dijo:
«En el Musnad [1] se registra de él (es decir, el Profeta) ( صلى الله عليه وسلم) que dijo:
((No hay nadie que sufra con una aflicción y entonces diga:
‘Ciertamente de Allah somos y ciertamente a Él retornaremos. Oh, Allah, recompénsame en mi desgracia, y compénsame con algo mejor que aquello’.
Sin que Allah le recompense en su aflicción y le compensará con aquello que es mejor que lo anterior))
Esta declaración es de la cura con más alcance para la persona afligida así como la más beneficiosa para ella en su vida mundana temporal y en su vida que está por llegar. Verdaderamente, esto comprende dos grandes fundamentos, si el siervo se da cuenta de ellos a través de su comprensión; entonces será consolado en su desgracia:
El primero de ellos: es que el siervo, su familia y su riqueza son posesiones de Allah, el Poderoso y Majestuoso, Allah lo tenía pero lo situó con el siervo como algo prestado. Así pues, si lo toma de él, entonces es como el prestamista que toma su posesión del prestatario.
El segundo: es que el destino final del siervo y su retorno es hacia Allah – su Verdadero Señor, y es un deber que él dejará el dunia (la vida de este mundo) tras él y que irá solo a su Señor – así como Él le creó la primera vez, sin familia ni riqueza ni parientes, pero con buenas obras y transgresiones.
Por lo tanto, si esto es el comienzo del siervo, y aquello con lo que se le confió, y su último fin, ¿Cómo puede él estar entusiasmado con el que está existente o apenarse por el que ya no es existente? Por lo tanto la reflexión sobre su comienzo y de su vida por venir es la mayor forma de remedio para esta enfermedad». [2]
Punto de beneficio: Sheikh Muhammad bin Salih al-‘Uzaymín (رحمه الله ) dijo:
«El deber de la persona en tiempo de aflicciones es tener paciencia y la anticipación de la recompensa, de modo que no debería tener prohibida la recompensa, ya que es el que está en desgracia el que en realidad puede prohibir la recompensa. Así, si una calamidad te acontece, entonces dices:
‘Ciertamente de Allah somos y ciertamente a Él retornaremos. Oh, Allah, recompénsame en mi desgracia, y compénsame con algo mejor que aquello.’
Si dice que Allah te recompense en tu desgracia y que te compense con algo mejor.
Esta es una cuestión citada por el Profeta (صلى الله عليه وسلم), y la realidad ha dado testimonio de ello. Ya que Umm Salamah (رضي الله عنها) estaba con Abu Salamah, y ella solía amarlo con un gran amor, entonces Abu Salamah (رضي الله عنه) falleció, y ella dijo:
‘¡Oh, Allah!, recompénsame en mi desgracia, y compénsame con lo que es mejor que aquello’. Sin embargo, solía decirse a sí misma: ‘¿Quién es mejor que Abi Salamah?’. Entonces, cuando su iddah (periodo de espera) terminó, el Profeta (صلى الله عليه وسلم) se casó con ella, así que el Mensajero de Allah (صلى الله عليه وسلم) fue mejor para ella que Abi Salamah.
Esto es algo que los acontecimientos también atestiguan a menudo, puesto que si la persona es paciente y espera (la recompensa), entonces ciertamente Allah, el Glorificado y Altísimo, dará a los pacientes su recompensa en su totalidad, sin cómputo, y la impaciencia, la tristeza y lamentarse no repelen la calamidad». [3]
Tras mencionar este incidente y esta súplica, Ibn al-Qayim (رحمه الله ) declaró:
«Fijaos entonces el resultado de la paciencia y de al-Istirjaa (decir: Ciertamente de Allah somos y ciertamente a Él retornaremos), [4] y de seguir al Mensajero y de estar complacido con Allah, a lo que eventualmente condujo, y a como a Umm Salamah le fue concedida en matrimonio al más noble de la creación para Allah». [5]
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[1] Narrado por Ahmad en su Musnad (nº 26635), también narrado así mismo por Muslim (nº 2123) con unas ligeras variaciones en el fraseo entre ellas, el fraseo anterior también varía ligeramente del que es narrado en el Musnad.
[2] Abreviado de Zaadul Ma’aad, vol 4, p.189.
[3] Majmu’ Fataawa, vol 17, p. 416-417.
[4] Sheikh Zaid bin Haadi al-Madkhali (رحمه الله ) dijo: «En al-Istirjaa (decir: Ciertamente de Allah somos y ciertamente a Él retornaremos) hay un reconocimiento y una sumisión por el siervo hacia su Creador y su Hacedor en aquello que ÉL tiene libre derecho de disposición con respecto a él; lo que quiera que Él desee, cuando Él quiera, como Él quiera, de vivir y morir, la salud y la enfermedad, la pobreza y la prosperidad, la felicidad y la tristeza, acorde a Su Sabiduría y Su pre-decreto, el Glorificado.
Del mismo modo que su destino final es hacia Él, así Él dará su parte total a cada hacedor sobre aquello que hizo, y tu Señor no oprime a nadie». (Al-Afnaan an-Nadiah vol 2, p.255).
[5] ‘Uddatus Sabirín, p.141.
Traducido del inglés al castellano por Ummu Abderahman Yasmina al Andalussia.
En Ishbilia, al Andalus, el 20 de Shaaban de 1439 Hijra (6/5/2018).
Texto original en castellano: https://perlasdelislam.blogspot.com/2018/05/la-suplica-que-se-dice-en-el-momento-de.html
Texto en inglés: http://www.wrightstreetmosque.com/ y https://maktabasalafiya.blogspot.com/2018/05/the-supplication-that-is-said-at-time.html
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